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domingo, 3 de julio de 2016

1.2-1.3-1.4 PROYECTO COLECTIVO


1.2-1.3-1.4   LOS ORÍGENES DE NUESTRO TIEMPO: 1770-1815.   
  • 1.2 IDEOLOGÍAS: ¿PARA QUÉ SIRVEN LAS IDEAS?
  • 1.3 POLÍTICA: ¿QUERÉIS ESCRIBIR CRÓNICAS PERIODÍSTICAS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA?
  • 1.4 SOCIEDAD: ¿SABÉIS DISEÑAR UNA PORTADA DE UN PERIÓDICO?

En este proyecto colectivo analizaréis varios aspectos del periodo estudiado: 1770-1815. 
En la primera subtarea comenzaréis viendo los cambios fundamentales en la manera de pensar que, como ya sabéis, son la base de todo cambio real. Para ello analizaréis y opinaréis sobre las nuevas ideas económicas, políticas y sociales que surgen. 
En la siguiente subtarea os pondréis en la piel de las personas que vivieron la revolución francesa, y para ello tendréis que elegir un bando: a favor o en contra de la revolución. El bando elegido ha de ser coherente con la opinión que habéis mostrado sobre las ideologías en la primera subtarea (aunque no todos los miembros del grupo tenéis que tener la misma opinión)
Por último, analizaréis los cambios socioeconómicos generados, primero analizando las diferencias con la sociedad anterior y más tarde mediante la elaboración de una portada de periódico, datada en 1815, debéis contraponer la visión del burgués y el proletario, surgidos con la 1ª Revolución industrial.
Como podéis observar se trata de un proyecto completo en el que analizaréis los cambios ideológicos, políticos, sociales y económicos de este periodo. 
Todos los miembros del grupo debéis colaborar y exponer una parte de cada una de las subtareas. Es decir, no podéis repartirlas, al contrario, debéis compartirlas.


  1. PRIMERA TAREA: ¿PARA QUÉ SIRVEN LAS IDEAS?

PÓNTE EN NUESTRO LUGAR.
Te vamos a pedir, que te conviertas en profesor o profesora por un rato.
No sólo tendrás que imaginártelo sino que tendrás que redactar preguntas sobre el tema que hemos estudiado: ¿Para qué sirven las ideas?

La Tarea
PRIMERA SUBTAREA:
Te proponemos tres textos de dos pensadores del periodo que hemos estado estudiando.
Uno se refiere a lo político, otro a lo económico y el tercero a lo social.
Debes leerlos y, para entenderlos, intenta subrayar las ideas principales con negrita.
Y ahora sí, ahora ya eres el profesor o profesora:
TENDRÉIS QUE REALIZAR AL MENOS CINCO PREGUNTAS CADA MIEMBRO DEL GRUPO, SOBRE CADA UNO DE LOS TEXTOS PARA ASEGURAROS QUE TUS ALUMNOS Y ALUMNAS NO SÓLO HAN ESTUDIADO EL TEMA SINO QUE LO HAN ENTENDIDO.
ADEMÁS DEBERÉIS RESPONDER DICHAS PREGUNTAS.
Debes hacer la tarea de las preguntas con un formulario google:
Dentro de las herramientas que incluidas en el paquete de Google Drive (presentaciones, documentos de texto, etc.) la más interesante son los formularios. Se pueden usar para hacer actividades interactivas, encuestas, cuestionarios, etc.
Un ejemplo de cuestionarios lo tienes en:
Aquí te dejamos un enlace que os explica cómo usar los cuestionarios del drive.
PRIMER TEXTO
 “La nación inglesa es la única sobre la tierra que ha conseguido regular el poder de los reyes enfrentándose a ellos y que, con constantes esfuerzos, ha podido finalmente establecer un sabio gobierno en el que el príncipe, todopoderoso para hacer el bien, está limitado para hacer el mal; en el que los señores son grandes sin insolencia y sin vasallos; y en el que el pueblo comparte el gobierno sin desorden. La Cámara de los Pares (de los Lores) y la de los Comunes son los árbitros de la nación, y el rey es el árbitro supremo. No ha sido fácil establecer la libertad en Inglaterra; el ídolo del poder despótico ha sido ahogado en sangre, pero los ingleses creen no haber pagado demasiado por sus leyes. Las demás naciones no han derramado menos sangre que ellos, pero esta sangre que han vertido por la causa de su libertad no ha hecho más que cimentar su servidumbre.”
Voltaire. Cartas filosóficas. 1734.
SEGUNDO TEXTO
III. Que el gobierno y la nación no pierdan jamás de vista que la tierra es la única forma de riqueza y que es la agricultura quien la multiplica. Porque el aumento de riqueza asegura el de la población; los hombres y la riqueza hacen prosperar la agricultura, atendiendo al comercio, animando la industria, aumentando y perpetuando la riqueza...
IV. Que la propiedad de los bienes raíces y la riqueza mobiliaria sean aseguradas a aquellos que sean sus legítimos poseedores; porque la seguridad de la propiedad es el fundamento esencial del orden económico de la sociedad. Sin la certeza de la propiedad, la tierra se quedaría inculta...
IX. Que una nación que tenga un gran territorio para cultivar y la posibilidad de ejercer un gran comercio de mercancías en bruto, no confíe demasiado en el empleo del dinero y de los hombres en las manufacturas y en el comercio de lujo, en perjuicio de los trabajos y gastos de la agricultura...
XXV. Que se mantenga la más total libertad de comercio, porque la política más segura de comercio interior y exterior, la más exacta, la más provechosa a la nación y al Estado consiste en la plena libertad de concurrencia...”
                                                                                                                                                                                           F. Quesnay. Tabla económica, 1758.
TERCER TEXTO
En Francia, un noble es muy superior a un negociante. Yo no sé sin embargo quién es más útil a un Estado; el señor bien engalanado que sabe con precisión a qué hora se levanta el rey, y que se da aires de grandeza, o un negociante que enriquece a su país, da órdenes en El Cairo, y contribuye a la felicidad del mundo.”                                                                                                                                                                            Voltaire. Cartas filosóficas. 1734.
SEGUNDA SUBTAREA: CONCLUSIÓN

Tras haber trabajado este tema, habrás comprobado que en algunos países se estaban produciendo cambios políticos y económicos.
  • Redacta un texto expositivo a favor o en contra de los cambios a los que nos estamos refiriendo, señalando dónde se están produciendo.

  1. SEGUNDA TAREA: ¿QUERÉIS ESCRIBIR CRÓNICAS PERIODÍSTICAS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA?

La Tarea
Una crónica es una obra literaria que consiste en la recopilación de hechos históricos o importantes narrados en orden cronológico.
Se entiende por crónica la historia detallada de un país o región, de una localidad, de una época, de un hombre o de un acontecimiento en general, escrita por un testigo ocular o por un contemporáneo que ha registrado, sin comentarios, todos los pormenores que ha visto, y aún todos los que le han sido transmitidos.
Las crónicas son también un género periodístico. Se las clasifica como "amarillas" o "blancas" según su contenido. Las "amarillas" tienen material más subjetivo y generalmente la voz autorizada es una persona o ciudadano común; las "blancas" usan material más objetivo y la voz autorizada es, generalmente, la autoridad, un profesional, etc.

Vuestra tarea consiste en elaborar un documento de texto drive en los que registraréis los hechos asociados a la Revolución, a modo de crónicas periodísticas. Para ello asumiréis uno de los dos roles:  a favor del periodo revolucionario o en contra.
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El objetivo es que la crónica provenga de la mirada de quien escribe. Las crónicas periodísticas deberán mantener la cronología de la línea de tiempo: comienzar a escribir desde los hechos iniciales y primeros antecedentes de la Revolución, y avanzar de ahí en más. Se propone que los documentos se llamen: “La voz del pueblo” si estáis a favor de la etapa revolucionaria, y “Los contarrevolucionarios”, respectivamente, pero los alumnos, siguiendo la misma idea, pueden proponer alternativas.
Los documentos pueden incluir videos, fragmentos de películas y tráilers para ilustrar las notas que se creen en esos espacios.
Para ayudaros os hemos dejado 4 crónicas que pueden ser reales o no y que os pueden guiar en vuestra tarea ya que debéis crear vuestras crónicas respondiendo a las que os ofrecemos y añadiendo otras.
En la sociedad francesa, todavía podían distinguirse durante el siglo XVIII tres estados o estamentos con diferentes derechos y obligaciones: el clero, la nobleza y el Tercer Estado. Este último incluía el 95% de la población y estaba constituido por grupos heterogéneos, burgueses (comerciantes y profesionales), obreros y campesinos. Mientras el clero y la nobleza casi no pagaban impuestos y concentraban el mayor porcentaje de tierras, el Tercer Estado, carente de todo poder político, estaba abrumado por los impuestos.
Cuando en 1789 la miseria y el hambre hacían crisis, el rey Luis XVI convocó en Versalles a los Estados Generales 1.

Esta asamblea sería el punto de partida de la Revolución.
niña.jpgLean con atención el siguiente fragmento de un cuento, que reconstruye la visión de una niña sobre la Revolución.

Un día en la vida de Odette, hija de la Revolución Francesa “Abuela, te contaré todo desde el día en que se reunieron los Estados Generales. La noche anterior, papá nos reunió a Pierre, a Nicole y a mí y nos contó que el rey los había convocado para hacer frente a la crisis de hambre, pobreza y descontento que hay en Francia. Yo no sé si tú en el campo has tenido problemas para alimentarte; pero lo que es aquí en París es casi imposible encontrar harina. Mamá tiene que hacer colas durante horas para conseguir apenas unos gramos y pagar carísimo.
El día de los Estados Generales salimos a la calle a ver a los diputados que se dirigían hacia Versalles. Nunca me voy a poder olvidar de esos doscientos diputados vestidos enteros de negro que representaban al Tercer Estado, a nosotros; ¡al pueblo! [...] Tras los diputados venían los nobles, tan elegantes, vestidos con encajes, sombreros con plumas y trajes orillados en oro. A su paso, las voces que habían vivado a los diputados del pueblo se silenciaron abruptamente. Tampoco hubo aclamaciones para los hombres de la Iglesia que los seguían.
Después, mis hermanos y yo acompañamos a mamá a la casa de la marquesa de Chambord a entregarle un vestido. Cuando llegamos [...] nos abrió un lacayo con librea de terciopelo verde y nos hizo pasar hasta el salón, [...] las paredes estaban cubiertas de un género carmesí y sobre ellas colgaban tapices con escenas de caza. Los espejos sobre las tres chimeneas multiplicaban la estancia y, aunque eran las tres de la tarde, los candelabros estaban encendidos. ¿Te das cuenta el despilfarro? [...] La marquesa vestía un traje de raso azulino orlado de encajes de color crema. Su peinado era alto, con un voluminoso moño hecho de cientos de bucles. Mamá le entregó el vestido y la mujer, en lugar de pagar, se quejó por el atraso.
–Perdone, señora marquesa –dijo mi mamá turbada– pero en estos días es tan difícil conseguir los hilos... Además no sabe usted el tiempo que pierdo en hacer colas para conseguir alimentos.
La marquesa hizo como que no escuchaba y nos ofreció unos pancitos de anís [...]; por lo demás, ni siguiera pagó por el vestido y le dijo que volviera después.
¿Te acuerdas cuando los curas y los nobles no quisieron juntarse con el pueblo en los Estados Generales y el Tercer Estado se constituyó en Asamblea Nacional? Bueno, sucedió que los representantes del Tercer Estado juraron solemnemente “no separarse más hasta que la Constitución sea establecida y fundamentada”. Mi papá me dijo que desde ese momento el rey tendría que gobernar con la Asamblea Nacional.
El domingo 12 de julio, cuando se supo que el rey había echado a Necker 2, su ministro de Finanzas. Mi papá y sus amigos comentaban que Necker nos defendía y que sin él los pobres iban a tener aún menos pan y aún más impuestos. Desde ese momento, la gente comenzó a salir a la calle al grito de: ‘¡A las armas, patriotas!’.
Esa noche, cuando papá volvió de su trabajo en el taller estaba magullado y corría un hilo de sangre por su frente. Nos contó que venía por las Tullerías cuando vio que una multitud se agolpaba en torno a un diputado del Tercer Estado que arengaba al pueblo diciendo: ‘Necker ha sido despedido, no podemos esperar más: ¡tenemos que recurrir a las armas!’. Estaba en medio del discurso cuando una tropa de soldados a caballo irrumpió en el lugar y se abalanzó sobre la multitud, hiriendo a muchos. Mi papá se despertó tirado en el suelo.
1 Cuerpo formado por el clero, la nobleza y el Tercer Estado, convocado por el rey para resolver cuestiones extraordinarias .
2 Financista y ministro de Luis XVI. Intentó obligar a los nobles a cumplir con sus obligaciones impositivas pero no tuvo mucho éxito.


Olympe de Gouges, escritora y política.

(1748-1793)

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Olympe de Gouges en 1793.
Olympe de Gouges (Montauban, Francia, 7 de mayo de 1748 - París, 3 de noviembre de 1793) es el seudónimo de Marie Gouze, escritora, dramaturga, panfletista y filósofa, política francesa, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791). Como otras feministas de su época, fue abolicionista.

Nací en una familia burguesa ya que mi padre era carnicero y mi abuelo materno un negociante de telas. Me casé muy joven, con solo 17 años con un hombre mayor con el que no fui feliz, quedando al cabo de un tiempo viuda y con un hijo. Muy decepcionada por el matrimonio en general, me negué a volver a casarme. Cuando más tarde me hice escritora  defendí en mis obras suprimir el matrimonio porque creía que era “la tumba de la confianza y del amor “ y sustituirlo por un contrato anual renovable firmado entre concubinos. También defendí la instauración del divorcio.
Al poco tiempo me trasladé a París donde frecuentaba los salones literarios y allí conocí a la élite intelectual parisina. Emprendí entonces mi carrera literaria, escribiendo varias obras de teatro y monté una compañía teatral itinerante que recorría la región de París, aunque sus ingresos no me permitieran mantenerme. Pero rápidamente mis obras empezaron a ser representadas en teatros de toda Francia. Mi obra más conocida, La esclavitud de los negros (L’esclavage des noirs), pretendía llamar la atención sobre la condición de los esclavos negros, pero tuve que enfrentarme con la desaprobación de los actores de la Comédie Française. Ésta dependía económicamente de la Corte de Versalles donde muchas familias nobles se habían enriquecido con la trata de esclavos. Por otro lado, el comercio con las colonias de ultramar representaba entonces el 50% del comercio exterior del país. Fuí encarcelada en la Bastilla, pero al poco tiempo me liberaron gracias a la intervención de mis amigos.
Al estallar la Revolución, las cosas cambiaron para bien y mi obra pudo por fin ser representada. A pesar de las presiones y amenazas del lobby colonial, todavía muy influyente, mantuve una intensa actividad a favor de la abolición de la esclavitud y fuí admirada por los principales dirigentes del movimiento abolicionista.

Todos mis trabajos son profundamente feministas y revolucionarios. Defendí la igualdad entre el hombre y la mujer en todos los aspectos de la vida pública y privada, incluyendo la igualdad con el hombre en el derecho a voto, en el acceso al trabajo público, a hablar en público de temas políticos, a acceder a la vida política, a poseer y controlar propiedades, a formar parte del ejército; incluso a la igualdad fiscal así como el derecho a la educación y a la igualdad de poder en el ámbito familiar y eclesiástico. Escribí:Si la mujer puede subir al cadalso, también se le debería reconocer el derecho de poder subir a la Tribuna. Incluso me dirigí a la reina María Antonieta para que protegiera "su sexo", que decía desgraciado, y en 1971 redacté la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, calcada sobre la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, en la cual afirmaba la igualdad de los derechos de ambos sexos.

En el terreno político en la línea de Montesquieu, defendí la separación de poderes. Apoyé en un principio la monarquía constitucional, pero me adherí rápidamente a la causa republicana pero me opuse a la condena a muerte de Luis XVI en 1793. Tomé partido por los Girondinos y advertí sobre los riesgos de dictadura criticando duramente la política de Robespierre y Marat.
Mi defensa de los Girondinos, después de que éstos fueran eliminados de la escena política en junio de 1793, me valió ser detenida en agosto de 1793 bajo la acusación de ser la autora de un cartel a favor de éstos. En la cárcel enfermé por culpa de una herida que se me había infectado, y me llevaron a una enfermería carcelaria. Para que mi detención fuera más soportable, empeñé mis joyas en el Monte de Piedad consiguiendo así que me trasladaran a una pensión burguesa donde se recluía a los detenidos enfermos de la alta sociedad. Reclamé sin descanso que se me juzgara para poder defenderme de las acusaciones que pesaban sobre mi, y evitar así el expeditivo tribunal revolucionario. Con este fin, compuse dos carteles que logré sacar de mi lugar de reclusión y que tuvieron una amplia difusión, "Olympe de Gouges en el Tribunal revolucionario" y "Una patriota perseguida". Fueron mis últimos textos.
El 2 de noviembre de 1793, 48 horas después de que fueran ejecutados mis amigos girondinos, fuí llevada ante el tribunal revolucionario sin poder disponer de abogado. Me defendí con valor e inteligencia en un juicio sumario que me condenó a muerte por haber defendido un estado federado, de acuerdo con los principios girondinos. Fuí guillotinada al día siguiente, el 3 de noviembre de 1793.

Según la declaración de un inspector de la policía y el periódico contrarrevolucionario Le Journal del editor Perlet, Olympe de Gouges subió al cadalso con valor y dignidad, aunque el hijo del verdugo, Henri Sanson, y otros testimonios que recogió el historiador Jules Michelet afirman lo contrario.
El único hijo de Olympe de Gouges, Pierre Aubry, renegó de ella públicamente poco después de su ejecución, por temor a ser detenido.

Mi legado
En vida, tuve que enfrentarme con la misoginia habitual de la época, y fuí desacreditada por la incomprensión de mis ideas por parte de muchos de mis contemporáneos. Mi obra cayó en el olvido, mientras el desconocimiento y mala interpretación de mis escritos contribuyó a convertirme en objeto de desprecio y burla a lo largo del siglo XIX, donde gran parte de la intelectualidad francesa rechazaba frontalmente la idea de que una mujer hubiera sido ideóloga revolucionaria. Se dijo de mí que apenas sabía leer y escribir, se sospechó de la autoría de mis obras y se dudó de mi capacidad intelectual hasta llegar a cuestionar mis facultades mentales.
Hubo que esperar hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, para que mi recuerdo saliera del terreno de la caricatura y la anécdota pseudo histórica, y se me convirtiera en una de las grandes figuras humanistas de Francia al final del siglo XVIII. Fuí objeto de estudio en Estados Unidos, Alemania y Japón. En Francia, después de la publicación en 1981 de mi biografía por Olivier Blanc, que investigó mi vida a partir de documentos originales de la época, los actos del bicentenario de la Revolución francesa en 1989 rindieron homenaje a mi obra.. Desde entonces, se han representado varias de mis obras de teatro y mis escritos fueron reeditados.
En 1989, a propuesta de la historiadora Catherine Marand-Fouquet, varias peticiones fueron dirigidas al entonces presidente de la República Jacques Chirac para mi nombre figurase en el Panteón de París. El presidente, asesorado por el historiador Alain Decaux, descartó la idea.
Varios municipios franceses han querido rendirme homenaje, dando mi nombre a colegios, institutos, plazas y calles. En Montauban, mi ciudad natal, el teatro municipal lleva mi nombre desde 2006.
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El ángel asesino, Charlotte Corday (1768-1793)


La muerte de   Marat | David
En el verano de 1793, la Revolución Francesa había tomado un camino violento y radical. En aquellos tiempos se vivió el período revolucionario conocido como el Terror. Extremistas jacobinos consiguieron hacerse con la Guardia Nacional y eliminar de la escena política a los girondinos, representantes de las posturas más moderadas. El 13 de julio de aquel año terrible, una joven de orígenes aristocráticos asesinaba a uno de los líderes más carismáticos de los denominados jacobinos, Jean-Paul Marat. Charlotte Corday quiso así terminar con el Terror en Francia pero conseguiría todo lo contrario.
El verdugo
Me llamo Marie Anne Charlotte Corday d'Armont y nací el 27 de julio de 1768 en Saint-Saturnin-des-Ligneries, una pequeña aldea de Normandía. Mi familia era aristócrata. Me quedé huérfana de madre siendo una niña. Sumido en un profundo dolor, mi padre, quien también había perdido a mi hermana mayor, nos envió a mí y a otra de mis hermanas a Caen, donde ingresamos en la Abbaye-aux-Dames. En esta abadía, tuve acceso a una buena educación y pude leer en la biblioteca del monasterio a grandes escritores como Plutarco o Voltaire.
En 1791 me trasladé a vivir con mi prima, Madame Le Coustellier de Bretteville-Gouville. Un año antes, iniciada ya la revolución, se había decretado la supresión de los monasterios por lo que mi vida conventual llegó a su fin de manera obligada. En aquel tiempo, empecé a simpatizar con las ideas moderadas de los girondinos. En su mayoría burgueses, los girondinos, llamados así por tener su origen en la región francesa de La Gironda, defendían una Monarquía constitucional. Tras la ejecución del rey Luis XVI el 21 de enero de 1793, los sucesos se precipitaron y la revolución se radicalizó. Los jacobinos y sans-culottes, defensores a ultranza de la república y la democracia, hicieron todo lo posible por desbancar a los girondinos de la escena política.
Yo, defensora de mis propios ideales, no dudé en terminar con aquella situación de Terror iniciada el 2 de junio de aquel mismo año por Robespierre. Me decidí así a marchar a París y terminar con uno de los radicales más influyentes.

La víctima
Jean-Paul Marat, médico, periodista y político radical, formaba parte del grupo de los Jacobinos junto con otros políticos como Danton o Robespierre. Marat formaba parte de los defensores de la república y la democracia, grupo conocido como “La Montaña” en la nueva Asamblea Legislativa, debido a su posición en la parte elevada de la sala. Marat era el editor de la famosa publicación revolucionaria L’ami du peuple en la que escribía sobre la revolución en sus aspectos más radicales.

El asesinato
El 9 de julio de 1793, dispuesta a llevar a cabo mi cometido, marché de Caen y me dirigí a París. Tras alquilar una habitación en el Hôtel de Providence me dirigí a la Asamblea Nacional para encontrar a Marat. Como allí no estaba el jacobino, me presenté en su casa. Tras varios intentos por conseguir una entrevista con el periodista con el pretexto de que iba a facilitarle los nombres de los principales miembros de La Gironda dispuestos a organizar un levantamiento, consiguí acercarme a él.
El retrato de Jacques-Louis David, La muerte de Marat, nos da una visión muy real de la escena que terminé. El líder jacobino trabajaba sumergido en una bañera debido a una enfermedad que sufría en la piel. Con una tabla de madera, se ayudaba para escribir sus textos revolucionarios.
No dudé y le clavé un cuchillo en su cuerpo enfermizo. Murió en el acto. Fuí detenida e interrogada. Cuatro días después, el 17 de julio de 1793, fuí ejecutada en la guillotina y enterrada en el cementerio de la Madeleine.  
En mis últimos momentos defendí lo que hice asegurando que mataba a un hombre para salvar a cientos. Pero el asesinato de Marat no resolvió los problemas, más aún, los agravó. Los jacobinos iniciaron un periodo de “Gran Terror”, se suspendieron las garantías constitucionales y aumentaron las persecuciones contra aquellos que no defendían sus ideas republicanas y democráticas. El asesinato de Marat lo convirtió en un mártir de la revolución y provocó un  endurecimiento de “la política montañesa ante el empeoramiento de la crisis política”1.
Cincuenta años después, el escritor francés Alphonse de Lamartine relataría mi historia y me denominaría el ángel asesino.


La dama del romanticismo, Madame de Staël (1766-1817)


Germaine junto a
un busto de su
padre
Madame de Staël fue una mujer apasionada, valiente y dispuesta a escoger su propio destino. Hija del famoso ministro de finanzas francés, Jacques Necker, por quien sintió siempre una obsesiva admiración, Germaine creció en un ambiente intelectual y político que forjó una personalidad única. Autora de varias novelas que la convirtieron en todo un referente del romanticismo y ensayos políticos, Madame de Staël se codeó con nombres propios de la cultura europea como Goethe o Lord Byron, se comprometió con la Revolución Francesa y llegó a enfrentarse abiertamente con el todopoderoso Napoleón Bonaparte quien consiguió expulsarla de Francia pero no acallar su voz. Con una vida sentimental ajetreada, Madame de Staël fue dueña de su destino convirtiéndose en una mujer excepcional en su tiempo.

Soy Anne-Louise Germaine Necker y nací el 22 de abril de 1766 en París. Mis padres eran Jacques Necker, ministro de finanzas de Luis XVI y Suzanne Curchord, una dama de origen suizo que organizaba el salón más concurrido durante la época de la Ilustración. Mi madre no sólo se encargó de mi educación, sino que me llevaba a su propio salón literario donde sus invitados se deleitaban conmigo ya que yo era una niña que desde bien pequeña demostré unas dotes intelectuales excepcionales.
El 14 de enero de 1786, me casé con Erik Magnus Staël von Holstein en la capilla de la embajada sueca en París. La elección había sido meticulosamente estudiada por mis padres y yo lo acepté como una buena hija. Mis padres me casaron con él porque mientras el barón de Staël, de treinta y siete años y embajador de Suecia, me ofrecía prestigio social, yo, con veinte años y con una fortuna a mis espaldas, le daba estabilidad económica. Un año después nacía mi primera hija, a la que llamé Gustavine, pero que falleció dos años después.

En aquel tiempo, empecé a escribir mis primeras obras, entre ellas, un drama romántico en tres actos titulado Sophie y una tragedia en cinco actos conocida como Jeanne Grey. Las dos obras se publicaron en 1790, el mismo año en el que nacía mi segundo hijo, Auguste Louise.

Dos años antes, a las puertas de la Revolución Francesa, publiqué un ensayo sobre la personalidad política de Rousseau. Después de la Toma de la Bastilla, permanecí en París y me impliqué en la revolución, abriendo un salón en la Rue du Bac que se convertiría en punto de encuentro de personalidades como Talleyrand. Sin embargo, el recrudecimiento de las posiciones y la llegada de la época del Terror, nos obligaron a refugiarnos en Coppet donde Germaine trasladé mi salón literario y acogí a otros exiliados.

En 1792 nacía Albert y cinco años después Albertine. Fue entonces, en 1797, cuando me separé formalmente de mi marido, quien podría no haber sido el padre de alguno de mis hijos, pues ya en aquella época, llevábamos vidas independientes y mantuve algún que otro romance.

Después de permanecer en Coppet, viajé a Inglaterra y regresé a París tras la caída de Robespierre. Unos años en los que continué escribiendo. Con la subida al poder de Napoleón Bonaparte, una figura con la que no estuve nunca de acuerdo, empezarían mis problemas porque no dudé nunca de exponer abierta y públicamente mis opiniones acerca del papel del Corso en Francia y posteriormente en Europa. Tal fue el enfrentamiento entre Napoleón y yo, dos fuertes personalidades, que Napoleón decretó en varias ocasiones mi expulsión de París y de Francia.
En 1802 publiqué mi novela Delphine, enmarcada dentro del movimiento literario del romanticismo, en la que defendí la libertad de escoger a las personas amadas por encima de cualquier prejuicio y convencionalismo social. Algo que yo predicaba con el ejemplo, pues por aquel entonces mantenía una vida sentimental marcada por mi propia voluntad y la libertad de movimientos. Poco tiempo después volví a hacer las maletas y viajé a Alemania, donde entró en contacto con grandes figuras literarias. Tras regresar temporalmente a Coppet a la cabecera de mi padre moribundo, marché rumbo a Italia. Un viaje que me dio la inspiración necesaria para escribir mi obra más famosa, Corinne.
El resto de mi vida, no dejé de viajar por media Europa, recorriendo Rusia, Finlandia, Suecia, Inglaterra o Italia, mientras observaba la caída del Emperador Napoleón.

En el invierno de 1816, regresé por última vez a París. Allí reabrí su famoso salón que volvió a llenarse de políticos e intelectuales. Un tiempo que fue breve, pues el 14 de julio de 1817 fallecí en mi hogar parisino.


3. TERCERA TAREA: ¿SABÉIS DISEÑAR UNA PORTADA DE UN PERIÓDICO?

La Tarea
PRIMERA SUBTAREA: Debes realizar una redacción comparando estas dos imágenes:
Te dejamos este enlace para saber comentar un mapa conceptual: GUIÓN PARA EL COMENTARIO DE UN MAPA CONCEPTUAL, no olvidéis mirarlo.
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SEGUNDA SUBTAREA:   Conviértete en periodista
EL PERIÓDICO
DIARIO INDEPENDIENTE DE LA EDUCACIÓN PERMANENTE
potada.jpg

Vamos a pediros que diseñes y realices las entrevistas necesarias para cubrir la portada de un periódico de 1814 en Gran Bretaña.
Debe incluir al menos:
▪▪ Una noticia de actualidad relacionada con las primeras protestas obreras. Para ello busca algún personaje o hecho concreto del movimiento obrero. Luego amplía la búsqueda en wikipedia.
▪▪ Entrevista con algún señor enriquecido con las nuevas formas de producción.

Para ayudarte en la tarea te dejamos los elementos de una portada de un periódico:
peridico-portada-y-contraportada-2-638.jpg
¡Esperamos leer tu portada!


RECOPILA TODAS LAS TAREAS EN UN DOCUMENTO DRIVE

4 comentarios:

  1. Geles,somos el grupo 2B puedes mirar lo que te acabamos de enviar del periódico y ayudarnos, porfavor?

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    Respuestas
    1. Hola Lucía no veo la portada de periódico en el documento drive ni su enlace. Pero he revisado las crónicas y hay que mejorarlas.

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  2. Hola geles, somos el grupo 2C y tenemos una duda, te podrias meter un momento porfavor?

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    Respuestas
    1. Hola Naomi, no me parece el día ni la hora oportuna para realizar consultas de este tipo, a pocas horas de la entrega.

      Un saludo.

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