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APARTADO 3.2 LAS REGIONES FLORALES
La vegetación (Más información en http://es.wikipedia.org/wiki/Vegetación_de_España). La vegetación está integrada por las formaciones vegetales o grupos de vegetación individualizados por el tamaño y por la fisonomía de sus especies. Los tres tipos básicos son el bosque, el matorral y el prado. La Biogeografía es una rama de la Geografía que describe y explica la distribución del mundo viviente a partir de los datos del clima, suelo y vegetación. Se ocupa de las relaciones de los seres vivos con el medio ambiente. En la vegetación incide, pues, el relieve, la litología y el clima con todas sus variantes. Todos estos condicionantes generan un contraste espacial que se manifiesta en una división zonal con modificaciones locales que constituyen las regiones biogeográficas: eurosiberiana, boreoalpina, mediterránea y macaronésica. Factores de la diversidad biogeográfica de España: La Península Ibérica se caracteriza por una extraordinaria diversidad en lo que a flora y fauna se refiere. La riqueza de especies existentes, a la que hay que añadir la propia del archipiélago canario, es consecuencia de su condición de encrucijada y lugar de convergencia de las influencias atlántica y mediterránea, sahariana y europea. Todo ello, está realzado a su vez por factores como: 1. El clima de la península Ibérica pertenece a los dominios atlántico y mediterráneo, bien diferenciados por el régimen climático y por el distinto valor de sus elementos. El clima mediterráneo es el más extendido y un importantísimo factor de diversidad biogeográfica, tanto por los contrastes estacionales como por las gradaciones espaciales. 2. La configuración de la península contrapone el interior y el litoral, y crea una diferenciación climática de claras repercusiones en la vegetación y en la fauna. 3. El relieve propicia la aparición de un amplísimo de hábitat, pues independientemente de la existencia de montañas, depresiones, llanuras, etc., cada una con sus particulares condiciones biogeográficas, el relieve introduce efectos derivados de la altitud y de la orientación, que influyen en las temperaturas, en las precipitaciones, en la insolación, etc., y que vienen a contrarrestar los efectos de la latitud con la altura. 4. Los grandes contrastes litológicos y la diversidad de los suelos repercuten en la distribución geográfica de las comunidades vegetales y animales, al tener que adaptarse éstas a las condiciones del sustrato. En consecuencia, la vegetación y la fauna ofrecen una considerable diversidad y, si bien representan en mayor medida a los ecosistemas mediterráneos, también se hallan presentes en nuestras tierras las comunidades de la Europa atlántica. Lo mismo puede decirse de Canarias, cuya privilegiada situación geográfica permite la existencia de un elevado número de endemismos. España forma parte del reino holártico (Enlace a la imagen) que se extiende sobre los continentes al norte del trópico de Cáncer. Éste comprende once regiones, de las cuales cuatro están presentes en España (Enlace a las regiones florales1) (Enlace a las regiones florales2) (Enlace a regiones florales 3): Ocupa la zona de influencia del clima atlántico, llegando hasta el Pirineo oriental. La formación vegetal característica es el bosque atlántico: árboles de hoja caduca , con bosques de gran densidad. Destacan el haya y el roble: árboles que se caracterizan por su gran resistencia al frío y a las heladas, aunque requieren bastante humedad en el suelo. El robledal más típico es el formado por el carvallo. Y el límite entre el roble y el haya viene determinado por la altitud: el haya aparece a partir de los 500, pero sobre todo de los 1000 ó 1500 metros. También se dan el castaño, fresno, avellano,... Cabe destacar que la acción antrópica ha sustituido en algunas zonas esta vegetación autóctona por pinos y eucaliptos, de crecimiento más rápido y atractivo aprovechamiento económico. La degradación de este bosque da lugar a una formación arbustiva llamada landa, compuesta por brezo, tojo y helecho principalmente. En los valles y laderas montañosas, donde la humedad aumenta, tenemos la pradera de aprovechamiento ganadero. Región mediterránea (Enlace a la imagen): Ocupa el territorio bajo clima mediterráneo, tanto de la costa como de interior. Lógicamente, es la característica principal de este clima, su acusado estiaje estival, la que condiciona el desarrollo vegetal en esta región, predominando, en consecuencia, las plantas de tipo xerófilo y de hoja perenne (como la encina o el alcornoque). La formación vegetal característica, es el denominado bosque mediterráneo, formado por encinas y alcornoques principalmente, aunque éstos últimos son más abundantes en la España silícea (Occidental): La encina: que forma numerosos bosques adehesados (dehesa: arbolado de encinas y pastos, propia de Extremadura y Andalucía especialmente, aunque puede aparecer incluso en la cornisa cantábrica). La encina es el árbol que caracteriza en general a la región mediterránea, desde la Península Ibérica hasta Turquía. Su importancia en una economía agroganadera es muy importante pues ha permitido el desarrollo de una ganadería porcina extensiva de gran calidad (cerdo ibérico). El alcornoque, que también destaca, aparece asociado a la encina aunque en zonas de mayor humedad. Su aprovechamiento para la obtención de corcho es muy importante en algunas poblaciones en la provincia de Cáceres. El pino, el quejigo, el olmo, el álamo y el chopo, suelen ser variedades autóctonas (las tres últimas son propias de las riberas de los ríos). En menor grado están los acebuches y sabinas. Se trata de un bosque ocupado por el hombre desde épocas muy tempranas (acción antrópica), lo que ha alterado su forma original, bien degradando el bosque, sustituyendo sus árboles más representativos o, en algunos casos, provocando la desaparición del bosque mismo: – Degradación del bosque: disminución de su densidad, dando lugar a la dehesa, cuyo aprovechamiento es principalmente ganadero. – Sustitución de las especies típicas por otras con mayor aprovechamiento económico, como el pino o el eucalipto. – Desaparición del bosque: dando lugar formaciones de matorral mediterráneo de gran variedad, destacando dos tipos de formación vegetal característica: en suelos poco calizos tenemos la maquia o maquis, formado por algarrobos, acebuche, madroño, lentisco, jara, brezo, etc. En los suelos calizos encontramos la garriga, menos densa que el maquis, y en la que encontramos el tomillo, el romero, la retama, el cantueso y el palmito. En las zonas más áridas, con condiciones extremas de temperatura y humedad, la vegetación tiene una claro componente estepario con ausencia casi de árboles y con arbustos como el palmito o el tomillo. Esta formación la podemos encontrar en el sudeste peninsular (Almería) algunas partes de la depresión del Ebro. Región de montaña o alpina (Enlace a la imagen):
Representada por los Pirineos,
tiene cuatro pisos vegetales:
El piso
basal, hasta los 1200 metros, incluye encinas y robles.El piso subalpino, entre los 1200 y 2400, reúne coníferas (como el pino y el abeto, son árboles o arbustos resinosos, con forma de aguja para aguantar el frío y el calor y con frutos agrupados en conos, piñas). El piso alpino, entre los 2400 y 3000 metros, que es el dominio del prado. El piso nival, se sitúa por encima de los 3000 metros. La nieve se mantiene todo el año y la vegetación es inexistente, sólo existen líquenes y musgos sobre las rocas o en el interior de grietas y fisuras. Resto de montañas peninsulares
Carecen de piso subalpino
El piso
basal: Vegetación propia de la zona, árboles. En el clima atlántico, el bosque
caducifolio, y en el clima mediterráneo, el bosque perennifolio en la parte
baja y caducifolio o de pinares a mayor
altitudEl piso supraforestal: Incluye pequeños arbustos en la zona atlántica, y en la mediterránea, arbustos y matorrales espinosos. En la cima, dominan los prados en la zona atlántica, y el matorral en a la mediterránea Región macaronésica (Enlace a la imagen): Por su situación, con un clima distinto a los de la península, las islas Canarias poseen una vegetación específica, abundando las especies endémicas. Por otro lado, el carácter montañoso de las islas le confiere un notable escalonamiento en altura. Por último, hay una clara distinción entre las islas orientales (mucho más secas) y las occidentales. Hay que destacar como formación vegetal característica la laurisilva, en las islas más húmedas: bosque de especies perennes muy variadas: laurel, loro, tilo y viñátigo. En las zonas menos húmedas tenemos el pino canario, que como su nombre indica es endémico de la zona. Cabe destacar también el drago, árbol endémico de estas islas del que quedan pocos ejemplares. La formación de matorral es similar a la mediterránea (jara, acebuche, retamas,...) junto a otras más xerófilas (chumberas, pitas, palmeras,...). En cuanto a los suelos son muy pobres, con un claro carácter volcánico. La intervención humana y sus consecuencias geográficas La variedad de seres vivos que hay sobre la Tierra es enorme. Es grande la variedad de genes, especies y ecosistemas. Esta variedad de seres vivos es considerada un bien, por lo que la eliminación de elementos de un ecosistema puede tener consecuencias negativas. España es un país con gran diversidad biológica, tanto marina como continental, ya que vivimos en el país europeo con mayor cantidad de especies, fauna muy numerosa y una flora muy variada. También poseemos un número muy alto de endemismos, tanto en la Península como en las islas. España cuenta con unas 10.000 especies de plantas diferentes, esto supone el 80% de las existentes en la U.E. y casi el 60% de las que hay en todo el continente. De ellas, 6.500 son autóctonas y unas 1.500 endémicas, es decir, que son únicas en el mundo. En cuanto a la fauna, un total de 50.000 y 60.000 especies animales, representan el 50% de las existentes en la U.E. Algunas rapaces como el águila imperial o felinos como el lince ibérico tienen su único hábitat en España. También encontramos algunas especies en peligro de extinción como el lagarto gigante de la isla de El Hierro, el pato malvasía corre peligro y especies vegetales como el drago son muy vulnerables. Para preservar este legado que afortunadamente tenemos, el territorio español está amparado bajo la figura jurídica de La Red Natura 2000, que engloba lugares que deben ser protegidos según la U. E. España cuenta con más de 12 millones de hectáreas, el 25% del país está considerado de gran interés por Europa y se encuentra protegido. Los daños constantes ocasionados a la naturaleza por la actividad humana han generado la extinción de al menos 40% de la biodiversidad en las últimas décadas, el daño ocasionado a los ecosistemas ha dado paso a que las especies invasoras destruyan a otras indefensas que se encuentran al borde de la extinción, además son causantes de enfermedades, daños a los cultivos y un sinnúmero de afectaciones para la sociedad. En la naturaleza, las formas de vida siempre se mueven de un lugar a otro, sin embargo, dentro de ese movimiento, la influencia del ser humano ha trastornado los ecosistemas, lo que ha provocado graves consecuencias como la extinción no sólo de animales, sino también de flora.
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